Pequeñas delicias de la vida cotidiana
La vida nos regala esos momentos maravillosos en que algo nos sorprende, nos deja sin habla, nos alegra con sus detalles cotidianos.
Hoy por ejemplo de camino a la cochera meto la mano en el bolsillo trasero del jean, lavadito y planchado por el hada buena de la casa, y ahí nomás de imprevisto encontré un escarbadiente que había guardado hace como tres semanas al salir de un bar; lo mejor de todo es que el agua del lavarropas no lo había arruinado, por lo cual lo pude usar sin problemas.

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